¿Negocio Inmobiliario? En Núñez no quieren otro estadio
La alarma entre los hinchas principalmente arranco cuando, leyeron un comentario de alguien que buscaba trazar un paralelo entre la intención de D’Onofrio de tener un nuevo estadio, y el accionar de Liberti cuando decidió comprar las tierras donde hoy está el Monumental, dando a entender que era un camino similar.
El Comunicado:
Cuando Antonio Vespucio Liberti adquiere los terrenos de Belgrano, abandonados y en una zona desértica e inundable, más allá de que lo trataron de loco, no lo hizo por capricho ni por el deseo de tener un estadio de hormigón armado.
La causa fundamental es que hacia 1935, River Plate sabía que los terrenos de Alvear y Tagle, en el barrio de La Recoleta, debían ser devueltos a sus propietarios, ya que ellos habían determinado no renovar el contrato de alquiler.
Esto forzaba al club a buscar un destino diferente ya que el estadio allí construido estaba sobre una superficie que no le pertenecía a la institución. Si la actual dirigencia optara por demoler el Monumental y hacer un estadio nuevo, lo harían sobre territorios cedidos por la Jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con lo cual, el club no sería propietario de los mismos y volveríamos en el tiempo a 1923, cuando salimos del barrio de La Boca y levantamos una cancha sobre un área de la que no éramos dueños.
Hoy somos propietarios del lugar donde se encuentra el Monumental, y hacer un edificio nuevo sobre un sitio cedido, o sea, no propio, no es algo que tenga ni siquiera un poco de sentido dada la enorme inversión a realizar.
Por otro lado, es cierto que a Liberti se lo tildó de loco por el lugar que compró en 1934 para situar el estadio que soñó.
Y algunos tratan de que parezca que a nuestro señor presidente le está pasando lo mismo, es decir, que es una suerte de visionario al que se busca descalificar por su idea de un nuevo estadio en un sitio muy desagradable, cuando la realidad es muy diferente. Hoy por hoy, River no necesita un nuevo estadio.
No hace falta recurrir a una idea absurda cuando ya tenemos un edificio maravilloso que solo espera que lo modernicemos de acuerdo a los patrones del siglo actual.
No tiene sentido hacer semejante movida cuando uno ya tiene donde vivir. Todo lo contrario. Nuestro lugar en el mundo es allí y mientras las autoridades nacionales facilitan las cosas para que el rival de toda la vida tenga más hectáreas donde está instalado desde hace décadas, con un estadio tan antiguo como el nuestro, algunos mal intencionados buscan instalar la idea de que solamente el Monumental es el que corre peligro de derrumbe.
¿Solamente nuestro estadio? Por favor, traten de ser más profesionales a la hora de mentir…Tal vez seamos tontos, pero no tanto.
De ninguna manera se puede decir que la situación de Liberti es similar a la que ahora enfrenta D’Onofrio. Con todo respeto a la investidura de nuestro presidente, la locura de Antonio sirvió para que River crezca, mientras que la loca idea que nuestro mandatario tiene en mente nos traería muchísimas más tristezas que alegrías.
El Monumental nos espera, mientras algunos dirigentes y periodistas buscan motivos para dejarlo caer en el abandono y forzar una mudanza innecesaria e irracional.
Sebastián R. de Elía, Arquitecto.