La historia del argentino campeón mundial de futsal que casi muere por una paliza policial
Matías Rima se consagró campeón mundial de Futbol tras una final inolvidable nada menos que contra Brasil. Fue recibido el miércoles por una multitud en la ciudad donde vive, Comodoro Rivadavia, en Chubut. Lo pasearon por las calles y corearon su nombre. Pero detrás de esta gran alegría hay una historia oscura para este jugador que también incursionó en el fútbol de la liga local jugando para Jorge Newbery. En poco más de dos años y medio la vida de Matías dio un giro inesperado.
En agosto de 2016 trascendía las noticias deportivas luego de haber sido objeto de una paliza por parte unos policías que lo detuvieron. Le dijeron “así que te hacés el banana” y sin más le pegaron una feroz paliza. El hecho lo obligó a pedir un habeas corpusal temer por su vida. Pero pasado el tiempo aún no se sabe por qué le pegaron y quienes lo hicieron siguen en la fuerza. Tres años más tarde la vida le cambió por completo tras consagrarse campeón del mundo de futsal en el torneo que se disputó en Misiones.
Matías jugó los seis partidos y convirtió tres goles. Argentina goleó a Australia, Italia y Sudáfrica en fase de grupos, para vencer luego a Francia en Cuartos y a Paraguay en semifinales. La final fue la soñada y tuvo un resultado ídem: 3-2 a Brasil.
Si esto se lo hubieran contado hace 32 meses tal vez lo hubiera tomado como una broma.
En agosto de 2016 Rima fue interceptado por cuatro policías de la Seccional Quinta mientras caminaba por una oscura calle del barrio San Cayetano, junto a un amigo. Le pidieron documentos y cuando le vieron el nombre le dijeron: “¿Así que vos sos Rima? ¿Vos te hacés el banana, no?”. Y a continuación le llovieron puños, patadas y culatazos con armas ante la atónita mirada del amigo. Al parecer, había algo personal.
Matías permaneció internado en el Hospital Regional un fin de semana mientras su madre Patricia lloraba y no paraba de repetir: “Me lo desfiguraron, me lo desfiguraron”.
Fue justamente su madre quien insistió en realizar la denuncia en la Justicia, donde abogados de la Defensa Pública los instruyeron a solicitar un habeas corpus. “Espero que esto se termine; no quiero que nadie más pase por esto”, le contaba la mujer. Su hijo ni siquiera podía hablar por los golpes recibidos.
“Dios me lo devolvió porque cuando lo llevamos a internar, ni respirar podía. Tiene que hacerse una tomografía en la parte de la boca porque teníamos miedo de que tenga la mandíbula quebrada”, contaba su madre, que no entendía cómo una requisa policial podía terminar de esa manera.
Mientras Asuntos Internos de la Policía del Chubut inició las investigaciones del caso, los policías continuaron en su labor sin ninguna sanción.
Y Matías Rima también continuó con su vida.
A los 28 años fue convocado por segunda vez a jugar un Mundial de futsal y esta vez se consagró campeón. Festejó junto a su mamá y su hijita en brazos, olvidando aquella pesadilla que todavía no tiene culpables.