La Casa de la Cultura: Una joya histórica renace en pleno centro porteño

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El emblemático edificio de La Prensa, convertido en Casa de la Cultura, está en plena restauración. Con un inversión de $2.000 millones, el gobierno de la Ciudad apuesta a recuperar el patrimonio histórico, mientras el público puede disfrutar de un espacio cultural renovado.

La histórica Casa de la Cultura, un símbolo del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires, se transforma. En pleno corazón de la ciudad, el edificio que albergó por décadas al diario La Prensa está en plena restauración, con el objetivo de devolverle su esplendor original y garantizar su preservación para las futuras generaciones. Los trabajos incluyen la restauración de su fachada, patios, subsuelos y su icónico lucernario, una obra de ingeniería que data de finales del siglo XIX.

El icónico edificio ubicado en Avenida de Mayo 575, en pleno centro de la capital, vive una nueva etapa. Declarado Museo Histórico Nacional, la Casa de la Cultura se encuentra actualmente en proceso de restauración, con una inversión de más de $2.000 millones. Este es uno de los proyectos emblemáticos del gobierno de la Ciudad para recuperar su patrimonio cultural. Durante la jornada de ayer, el jefe de gobierno, Jorge Macri, visitó el lugar junto a la ministra de Cultura, Gabriela Ricardes, para supervisar el avance de las obras.

«La obra pública y la cultura no se detienen en la Ciudad, seguimos invirtiendo para recuperar el patrimonio porque es nuestra identidad, es cultura viva para que los vecinos y turistas puedan disfrutar todos los días», aseguró Jorge Macri. Y agregó: “Estamos haciendo 24 obras con una inversión de más de $2.000 millones para que la Ciudad siga brillando con su variada y vigorosa oferta cultural.»

El ex edificio del diario La Prensa, vendido en 1988, sigue siendo un lugar de encuentro para la cultura. Con su imponente arquitectura y múltiples espacios, como el Salón Dorado y el Patio Central, es sede de congresos, conciertos, espectáculos y visitas guiadas. Las obras que se están llevando a cabo abarcan más de la mitad de la superficie total del inmueble, que suma 12.522 metros cuadrados. Entre las intervenciones más destacadas se encuentra la restauración del patio central, la impermeabilización de los dos subsuelos y la reparación del Pasaje Ana Díaz, una joya arquitectónica que conecta con la calle Rivadavia.

Uno de los aspectos más complejos y delicados de la intervención es el Lucernario, el techo vidriado por donde ingresa la luz natural al patio central. Este elemento emblemático del edificio está siendo restaurado con gran atención al detalle. Se reemplazarán y arreglarán los 1.463 vidrios, además de acondicionar la estructura de hierro y acero, todo respetando las características originales de la obra. A su vez, se están instalando sistemas modernos contra incendios para garantizar la seguridad del espacio.

«Es un trabajo de gran envergadura, pero creemos que es fundamental preservar la historia de la Ciudad, y para eso estamos restaurando no solo este edificio, sino varios espacios culturales, con un enfoque que no solo es arquitectónico, sino también cultural», expresó Ricardes.

A través de esta restauración, el gobierno de la Ciudad refuerza su compromiso con la cultura y el patrimonio histórico porteño. Con un trabajo meticuloso que combina la preservación de elementos originales con la incorporación de tecnología moderna, la Casa de la Cultura no solo renace como un espacio cultural, sino como un símbolo de la identidad de Buenos Aires. Este es un esfuerzo por mantener viva la memoria histórica mientras se ofrece a los vecinos y turistas un espacio para disfrutar y compartir.

 

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