El desalojo masivo en Avellaneda: más de 5 mil manteros fuera de las calles de Flores
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En un megaoperativo histórico, la Ciudad de Buenos Aires desalojó durante la madrugada del viernes a más de 5 mil manteros que ocupaban ilegalmente la avenida Avellaneda en el barrio de Flores, en un operativo que también incluyó allanamientos en locales de mercadería ilegal.
A las tres de la madrugada del viernes, la Ciudad de Buenos Aires inició un megaoperativo que logró desalojar a más de 5 mil manteros de la avenida Avellaneda, en el barrio de Flores. El operativo, que involucró a más de 550 personas, incluyó también 50 allanamientos en depósitos y locales donde se almacenaban productos de procedencia ilícita. El desalojo responde a un reclamo histórico de los vecinos y comerciantes, quienes se veían afectados por el desorden, la inseguridad y la competencia desleal generada por la venta ambulante.
“Tenemos que cuidar a la gente que está dentro de la ley. El control y el dominio de la calle es del Estado y tiene que ser garantizado para que los vecinos puedan circular y que las actividades sean legales. Acá hay muchísimos comerciantes que, como pasaba en Once, desarrollan su actividad de manera formal, que pagan sus impuestos y que tenían que convivir con una competencia desleal de venta de ropa de origen desconocido o apócrifa», aseguró el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, durante una rueda de prensa supervisando el operativo.
En el marco de un operativo que se extendió por 32 manzanas del barrio de Flores, el desalojo tuvo como objetivo no solo la eliminación de los manteros en la vía pública, sino también la erradicación de actividades ilegales que afectaban la seguridad de la zona. Además de la venta ambulante, las denuncias de trabajo clandestino y la trata de personas en talleres textiles también fueron factores que impulsaron la intervención de las autoridades.
El operativo comenzó a las 3 a.m., momento en que comenzaron a llegar los más de 550 agentes que participaron del operativo: inspectores, operarios y efectivos de la Policía de la Ciudad. El despliegue incluyó fuerzas de diversas divisiones, como la Superintendencia de Investigaciones, el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Espacio Público, la Agencia Gubernamental de Control, Tránsito y la Dirección Nacional de Migraciones.
El Jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, destacó la importancia de tomar el control del espacio público. “La usurpación genera inseguridad, desorden, suciedad y una competencia desleal para los comerciantes. También genera una gran incomodidad para los vecinos, quienes no pueden circular libremente ni disfrutar de las veredas sin obstáculos”, agregó Macri, quien supervisó el operativo junto a otros funcionarios del gobierno porteño, como la vocera oficial Laura Alonso y el Ministro de Seguridad Waldo Wolff.
La acción también incluyó la instalación de vallas de seguridad en diversas calles de la zona afectada, como las avenidas Nazca y Aranguren, para evitar que los manteros regresaran a las veredas. Además, se realizaron 50 allanamientos en depósitos y locales que almacenaban productos ilegales, como ropa de origen desconocido o falsificada, en los que se detectaron graves irregularidades.
“El trabajo conjunto entre la Policía de la Ciudad y la Justicia, con la colaboración del Ministerio Público, ha permitido implementar una intervención ordenada y coordinada. Este operativo ha sido clave para la seguridad y el bienestar de los vecinos de Flores, un área que ahora recupera el control del espacio público y garantiza la legalidad”, señaló el Ministro de Seguridad, Waldo Wolff, quien resaltó que la demanda de los vecinos de la zona finalmente fue escuchada.
El desalojo de los manteros no es un hecho aislado. A lo largo de los últimos años, la Ciudad de Buenos Aires ha llevado a cabo intervenciones similares en otros puntos críticos, como Once, Parque Patricios, Retiro, Constitución y Parque Centenario, con el objetivo de devolver el orden al espacio público y frenar las actividades ilegales. Esta iniciativa forma parte de una política de seguridad pública que se extiende más allá de los problemas inmediatos, buscando garantizar la protección tanto de los comerciantes como de los vecinos.
A nivel judicial, intervienen el Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nro. 22, a cargo de la jueza Rocío López Di Muro, y la Fiscalía de Delitos Complejos, liderada por Celsa Ramírez. La intervención de la justicia es clave para desmantelar las redes de comercio ilegal que afectan a los barrios porteños y garantizar que quienes estén involucrados en actividades ilícitas enfrenten las consecuencias legales.
Con este desalojo, la Ciudad de Buenos Aires da un paso más hacia el control del espacio público y el cumplimiento de la ley. La intervención en Flores no solo responde a un reclamo histórico de los vecinos, sino también a la necesidad urgente de recuperar la seguridad y el orden en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.