Un sueño sobre ruedas: Buenos Aires inaugura el primer Microestadio de Patinaje Artístico del mundo

Con capacidad para 2.700 personas, tecnología de punta y visión de futuro, la Ciudad presentó un espacio sin precedentes en el Pabellón Europa, que posiciona a Buenos Aires como referente global en el deporte sobre ruedas.

En el corazón del Pabellón Europa, Buenos Aires acaba de escribir una página histórica: inauguró el único microestadio del mundo diseñado exclusivamente para el patinaje artístico. Con instalaciones de primer nivel, este nuevo templo deportivo marca un antes y un después en la disciplina, y posiciona a la ciudad en la carrera para ser Capital Mundial del Deporte.

“Todo esto lo hicimos realidad con inversión, visión, método, planificación y trabajo en equipo. Nos permite dar un paso más y animarnos a soñar en grande”, declaró con orgullo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, acompañado por Gabriel Sánchez Zinny, jefe de Gabinete, y Fabián Turnes, secretario de Deportes de la Ciudad.

La puesta en marcha de este microestadio no es una apuesta menor. Se trata del primer Centro de Alto Rendimiento de Patinaje en Latinoamérica para las disciplinas Inline Freestyle Artístico y Velocidad Indoor, y la primera pista mundialista homologada por la Worldskate, la máxima entidad internacional del patinaje.

Los detalles hablan por sí solos:

  • Capacidad para 2.700 espectadores.

  • Iluminación y pantallas LED de última generación.

  • Salas de capacitación, oficinas administrativas y un laboratorio para atletas.

  • Ubicado dentro del Pabellón Europa, un espacio con historia y proyección.

Este microestadio, que será sede del Campeonato Panamericano de Patín Artístico del 5 de junio al 6 de julio, representa una inversión estratégica que va más allá del deporte. Es también una fuerte apuesta por la cultura, el desarrollo juvenil y la proyección internacional.

“Queremos que este microestadio sea un semillero de talentos. Invertimos en deporte y cultura porque creemos en lo que representan: profesionales competitivos, jóvenes con sueños y ganas de crecer. Acá vamos a recibir competencias nacionales e internacionales”, subrayó Jorge Macri en la presentación oficial.

La obra, resultado de un convenio entre la Secretaría de Deportes de la Ciudad y la Confederación Argentina de Patinaje, se suma a una serie de desarrollos deportivos de alto nivel que dejaron su huella tras los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018: La Casa del Handball, La Casa del Voley, dos pistas de atletismo, dos canchas de hockey sobre césped de agua y un complejo natatorio de nivel olímpico.

El presidente de la Confederación Argentina de Patinaje, Daniel Ventura, también estuvo presente y celebró esta apertura como “un hito sin precedentes para el patinaje artístico mundial”. Según sus palabras, “tener una pista de este nivel, en el sur del continente, es una señal de que el deporte se está democratizando y expandiendo con fuerza en regiones que antes no tenían acceso a esta infraestructura”.

El objetivo, más allá de organizar competencias, es transformar a Buenos Aires en un foco de desarrollo y formación de patinadores de alto rendimiento. La Ciudad busca atraer eventos internacionales, fomentar la profesionalización y, al mismo tiempo, ofrecer a los jóvenes un espacio donde crecer y soñar en grande.

Como periodista y testigo de este hito, no puedo más que reconocer la magnitud de esta obra. No es solo una pista de patinaje: es una declaración de intenciones. Buenos Aires se lanza al mundo con un mensaje claro: acá también se patina, se compite y se sueña en grande. Y ese sueño, desde ahora, tiene una casa propia.