Idiomas que abren puertas: Jorge Macri entregó certificados de inglés y francés a estudiantes porteños

Más de 90 alumnos de escuelas públicas de la Ciudad recibieron certificaciones internacionales de idiomas en el marco del programa Ciudad Bilingüe. Una política que apuesta a la educación pública como motor de futuro.
En un acto cargado de emoción y significado, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, entregó certificados de inglés y francés a 94 estudiantes de escuelas primarias públicas, consolidando así una política educativa que pone a los idiomas en el centro de las oportunidades. En una ciudad que fue pionera en esta propuesta, hablar otra lengua ya no es un lujo, sino un derecho garantizado.
“Este certificado no es un punto de llegada sino uno de partida para seguir desafiándose, aprendiendo y alcanzar la vida que sueñan. Nosotros sabemos que la mejor inversión que podemos hacer es seguir acompañando y apostando en la trayectoria de cada estudiante”, afirmó Jorge Macri durante la entrega de diplomas en la sede del Gobierno porteño, en Parque Patricios, acompañado por la ministra de Educación, Mercedes Miguel.
Las miradas de orgullo de las madres, los abrazos discretos de los padres, el asombro tímido de los chicos con sus certificados en mano. Muchos no entendían del todo el alcance de lo que acababan de recibir, pero todos intuían que era importante. Y lo es. Porque no se trata solo de saber decir “hello” o “bonjour”, sino de haber accedido, gratuitamente, a una herramienta real para el futuro.
Los 94 estudiantes —77 en inglés y 17 en francés— pertenecen a 12 escuelas primarias plurilingües y 5 bilingües de gestión estatal. Esta entrega forma parte del programa Ciudad Bilingüe, enmarcado en el Plan BA Aprende, que impulsa la certificación de lenguas extranjeras como parte de la formación pública integral. La política no solo garantiza el acceso al aprendizaje, sino también el derecho a rendir exámenes internacionales de forma gratuita, y así obtener títulos con validez global.
En palabras simples: se trata de democratizar el acceso a idiomas. Porque aprender lenguas es abrir ventanas a otras culturas, otros mundos, otras posibilidades.
Algunos datos que no pueden pasarse por alto:
-
411 estudiantes lograron su certificación en lo que va del 2024.
-
Los beneficiarios incluyen alumnos desde 7° grado hasta 5° año de escuelas públicas, además de estudiantes de los Centros Educativos Complementarios de Idiomas (CECIEs), jóvenes y adultos de la Universidad de la Ciudad (UNICABA), y personas que participan en programas como Lenguas en los Barrios y Centros de Idiomas de Buenos Aires.
-
La cobertura alcanza el 100% del costo de examen, lo que permite rendir títulos reconocidos por instituciones internacionales.
En un país donde el acceso a la educación de calidad muchas veces está mediado por la capacidad económica, este tipo de iniciativas no solo son innovadoras: son urgentes.
El propio Jorge Macri subrayó la inversión récord en educación que realiza la Ciudad. Durante su discurso, usó ejemplos concretos para transmitirle a los chicos el valor de lo que habían conseguido: “Imaginen que un día quieren ser piloto de avión, diseñar videojuegos, trabajar en una empresa extranjera o vivir un tiempo en otro país. Saber inglés y francés les va a posibilitar eso y mucho más. A las familias les digo que este diploma es una primera llave que sus hijos tienen en la mano para construir su camino”.
Detrás de las cifras y los discursos, lo esencial fue palpable: las infancias se sintieron vistas, celebradas, reconocidas. Una madre me dijo en voz baja, con los ojos llenos de emoción: “Mi hijo nunca pensó que podía lograr algo así. Hoy llegó del colegio diciendo que se sentía importante”. Y lo es. Porque el reconocimiento no solo valida una habilidad, sino que potencia la autoestima y el deseo de aprender.
El programa Ciudad Bilingüe nació con la convicción de que el multilingüismo es una herramienta de inclusión, no de privilegio. No es casual que Buenos Aires haya sido el primer distrito del país en implementar esta política. En tiempos donde la desigualdad educativa se profundiza, garantizar el acceso gratuito a idiomas con títulos oficiales es una apuesta fuerte por la equidad.
No se trata solamente de sumar habilidades técnicas. Aprender una lengua es también aprender a mirar el mundo desde otros ojos, a entender códigos distintos, a comprender matices culturales. Y en ese proceso, los chicos también aprenden algo más profundo: que pueden. Que tienen derecho a soñar en voz alta, aunque sea en otro idioma.