Plaza Intendente Casares: un pulmón verde que respira historia y vida cotidiana

Ubicada en el corazón de Palermo, entre el Jardín Botánico y la avenida Santa Fe, la Plaza Intendente Casares se convierte en un refugio único de juego, descanso y encuentro en medio del vértigo urbano.

Cada vez que camino por este espacio siento que la ciudad se detiene por un instante. La Plaza Int. Casares no es solo un lugar de paso: es un punto de encuentro donde conviven la memoria de su nombre, en homenaje al intendente Alberto Casares, y la vida presente de quienes la disfrutan día a día.

“Es la única plaza de la zona con un patio de juegos para chicos, por eso siempre está llena de familias”, me dice una vecina que, mientras habla, observa a su nieta correr hacia los toboganes. Esa frase resume la importancia de este pulmón verde para la comuna 14: un espacio que combina descanso, naturaleza y comunidad en medio de una de las áreas más transitadas de Buenos Aires.

La historia nos lleva a la figura de Alberto Casares (1855-1906), funcionario que ocupó la intendencia municipal de la ciudad en dos períodos. Falleció en ejercicio en noviembre de 1906, y su nombre quedó inmortalizado en esta plaza que hoy respira modernidad sin olvidar su pasado.

Al recorrerla, observo:

  • El movimiento constante de niños en los areneros, acompañados por padres y abuelos.

  • Jóvenes y adultos mayores que se reúnen en las mesas a jugar al ajedrez, a las cartas o a compartir mates bajo la sombra de los árboles.

  • La cancha de bochas, un clásico que sigue convocando a los vecinos más antiguos del barrio.

La ubicación estratégica de la plaza potencia su valor: se encuentra a pocos metros de Plaza Italia, uno de los principales centros de transbordo de colectivos, subte y tren, y muy próxima a La Rural, el gran epicentro de ferias y congresos de Argentina y América Latina. Ese flujo de personas hace que la Plaza Casares sea también un espacio de descanso para quienes transitan a diario por Palermo.

No es casualidad que se la sienta como una extensión del Jardín Botánico Carlos Thays: su arboleda frondosa, las hiedras, agapanthus y euriops que adornan los canteros, suman frescura y color en cada estación. En verano, sus árboles brindan la sombra justa para escapar del calor porteño, y en invierno, su verde sigue siendo un abrigo visual frente al cemento circundante.

La plaza vivió una gran transformación en 2016, cuando fue reacondicionada con obras que le devolvieron vitalidad. Entre las mejoras recuerdo:

  • Caminos internos renovados con granza y canteros con nuevas plantas.

  • Piso de goma en el patio de juegos y la incorporación de un juego inclusivo.

  • Reparación de cestos, bebederos y portones de acceso, además de la pintura de bancos y rejas.

  • Plantación de nuevos árboles y reparación del sistema de riego, clave para mantener la arboleda saludable.

Hoy, esa renovación se percibe en cada rincón. Las familias lo agradecen, los vecinos lo valoran y los visitantes lo disfrutan. Caminar por la Plaza Casares es sentir que, pese al ritmo intenso de Palermo, aún quedan oasis donde el tiempo se vuelve más humano.

Desde Palermoweb lo contamos en primera persona porque sabemos que este espacio es parte del ADN barrial. La Plaza Intendente Casares no solo lleva el nombre de un funcionario que supo marcar la historia de la ciudad: es también un lugar vivo, alegre, con la fuerza cotidiana de quienes lo habitan y lo llenan de historias nuevas.

Al final del día, mientras los últimos rayos de sol se filtran entre los árboles, pienso que la Plaza Casares es mucho más que una plaza: es la memoria de Buenos Aires hecha presente en cada juego, en cada encuentro y en cada respiro verde que nos regala.