La Ciudad construye un centro modelo de hemoterapia para garantizar sangre segura y equitativa

Con una inversión de $76 mil millones, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires avanza con la obra de un Centro Regional de Hemoterapia que transformará el sistema de donación, procesamiento y distribución de sangre en el sistema público de salud.
El nuevo centro, ubicado en Parque Chas, permitirá cubrir el 100% de la demanda anual de sangre y hemocomponentes en hospitales públicos porteños, centralizando un servicio vital que hoy sólo alcanza al 53% de las necesidades.
“El nuevo centro de hemoterapia va a garantizar la donación, el procesamiento y la distribución de sangre de forma segura y eficiente. Seguimos fortaleciendo la red pública de salud y sumando infraestructura de calidad para cuidar a cada persona que lo necesita”, aseguró el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, durante una recorrida por la obra junto al ministro de Salud, Fernán Quirós.
Como periodista que sigue de cerca los avances en políticas públicas de salud, puedo afirmar que este anuncio no es menor. La salud pública, muchas veces invisibilizada, tiene ahora un proyecto clave: el Centro Regional de Hemoterapia. Con esta nueva obra, el sistema de salud porteño da un paso firme para garantizar una red transfusional moderna, equitativa y segura.
Actualmente, la Ciudad cuenta con 22 bancos de sangre intrahospitalarios, que logran cubrir apenas el 53% de las donaciones necesarias para sostener la demanda de sangre en el sistema público. Aunque existen campañas de colecta externa, estas no alcanzan para suplir lo que falta. El déficit impacta directamente en la atención de pacientes con enfermedades crónicas, intervenciones quirúrgicas, accidentes o emergencias.
La construcción del nuevo edificio, que estará listo en abril del año próximo, implica una transformación estructural y estratégica:
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Se ubicará en Av. Combatientes de Malvinas 3002, en el predio del Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú, en el barrio de Parque Chas.
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Contará con una capacidad operativa para cubrir el 100% de las más de 55.000 donaciones anuales necesarias.
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Tendrá laboratorios, áreas de extracción y procesamiento, depósitos, zonas de almacenamiento, espacios para la atención de donantes y pacientes, y áreas técnicas distribuidas en dos plantas, subsuelo y entrepiso.
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Funcionará los 365 días del año, las 24 horas, garantizando respuestas rápidas y coordinadas ante cualquier emergencia sanitaria.
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Operará bajo estándares internacionales de calidad y bioseguridad, lo que representa un cambio radical respecto al sistema actual.
Fernán Quirós, ministro de Salud, fue contundente: “Contemplamos centralizar el análisis y procesamiento de la sangre de toda la red pública de la Ciudad, asegurando las mejores condiciones de bioseguridad y con el compromiso de fortalecer la equidad, la calidad y la seguridad del sistema transfusional para toda la comunidad”.
Además, el centro no solo buscará eficiencia, sino también solidaridad organizada: será el nodo central de una red que promueva la donación voluntaria, habitual y segura, alejándose del modelo de urgencia y escasez.
Esta iniciativa forma parte de un plan de inversión en salud que alcanza los $76 mil millones, orientado a mejorar guardias, consultorios y centros de atención. No es una promesa aislada, sino un paso dentro de una política de Estado que busca estar más cerca de cada vecino.
Como periodista y como ciudadano, celebro la puesta en marcha de este proyecto. Porque no se trata sólo de infraestructura, sino de garantizar el derecho a la salud con recursos modernos, humanos y eficientes. En tiempos donde la confianza en lo público tambalea, gestos concretos como este marcan la diferencia.