Jugar también es un derecho: talleres para fortalecer el rol de las familias de niños y niñas con discapacidad

El Programa de Acompañamiento a Familias (PAFAMI), en articulación con BA Discapacidad y PANAACEA, despliega una serie de talleres en distintos barrios porteños para garantizar el derecho al juego y acompañar a las familias en la crianza desde una mirada inclusiva.

Estuve en el corazón del Barrio Mugica, donde madres, padres y abuelos se reunieron con un objetivo común: aprender a jugar. No fue un encuentro cualquiera, sino uno profundamente transformador. A través del taller «Herramientas de juego para familias de niños y niñas con discapacidad», el equipo de PAFAMI y PANAACEA demostró que el juego no solo divierte, también construye vínculos, habilita la comunicación y garantiza derechos. Y lo más importante: ninguna familia está sola en este camino.

“Cada niño tiene sus tiempos. Hay que acompañar desde ahí, con propuestas simples y personalizadas”, me explicaron con convicción desde el equipo de BA Discapacidad. Mientras observaba la calidez con la que se compartían experiencias, entendí que estos talleres no solo entregan herramientas, sino también abrigo y contención para quienes crían en contextos de desafío constante.

Desde 2023, la Ciudad de Buenos Aires impulsa este tipo de espacios a través del Programa de Acompañamiento a Familias (PAFAMI), una iniciativa que recorre diversos barrios porteños —Monserrat, Balvanera, Barracas, Villa Soldati, Flores, Lugano y, recientemente, el Barrio Mugica— con un mensaje claro: jugar es un derecho, también para los niños y niñas con discapacidad.

En cada encuentro, el taller «Herramientas de juego para familias de niños y niñas con discapacidad» convoca a referentes familiares —madres, padres, abuelos y cuidadores— en un formato participativo que fomenta el intercambio y la reflexión. A lo largo de las jornadas, los temas más recurrentes fueron:

  • El juego como herramienta de inclusión. Se trabajó desde un enfoque de derechos, rompiendo prejuicios y promoviendo dinámicas lúdicas adaptadas.

  • Comunicación y lenguaje. Cómo usar el juego para potenciar el desarrollo comunicativo de los chicos, respetando sus tiempos y necesidades.

  • Vínculos afectivos. Se brindaron estrategias para abordar frustraciones, dificultades para compartir, o momentos de desconexión entre niños y adultos.

  • Apoyo práctico. Cada familia se llevó un cuadernillo con ideas concretas para aplicar en casa, en la plaza o en cualquier espacio compartido.

Uno de los aspectos más valorados fue la posibilidad de expresar dudas y experiencias sin juicio, en un entorno cuidado por profesionales especializados. Algunos testimonios lo reflejan con claridad:

“Me pareció excelente, los profesionales muy comprometidos con el taller y con el contenido. Me alegra mucho que existan estos talleres para poder comprender e intercambiar ideas. No es nada fácil”, comentó una de las participantes.

“Es la primera vez que voy a un taller. Me gustó mucho. Algunos tips los voy a poner en práctica con mi hijo. Muchas gracias”, dijo otra madre con visible emoción.

“No hay nada que mejorar. Es bueno que cada familia vaya con preguntas específicas. Así todos aprendemos”, aportó un padre al cierre del encuentro.

Más allá de los contenidos, la propuesta pone el foco en fortalecer a las familias como agentes activos en la crianza, dándoles confianza y recursos para sortear los obstáculos cotidianos sin resignar el juego, la alegría ni la autonomía de sus hijos.

Desde PAFAMI y BA Discapacidad se subraya que el acompañamiento no termina con un taller. Esta es apenas una de las múltiples acciones con las que se busca garantizar el acceso efectivo a derechos en la infancia con discapacidad.