✨Un mensaje de fe, esperanza y abrazos que curan

Estuvimos en el Hospital Oncológico María Curie y luego en Parque Centenario llevando palabras, oraciones y sonrisas que acarician el alma.
Fuimos con lo que creemos más poderoso: la fe, la escucha y el amor. Nos adentramos en los pasillos del Hospital Oncológico María Curie con un solo propósito: abrazar, orar y acompañar a quienes atraviesan un momento difícil. Pacientes, familiares, personal de salud. Todos, de alguna manera, luchan. Y todos, sin excepción, merecen esperanza.
Lo que vivimos fue un recordatorio de humanidad. Y quiero contártelo.
En cada habitación del hospital se respira un clima de lucha. Hay rostros agotados, ojos vidriosos y silencios que dicen más que mil palabras. Pero también hay pequeñas luces: la enfermera que se queda cinco minutos más, el abrazo entre dos pacientes, el mate compartido en la sala de espera. Nosotros quisimos ser una de esas luces.
🔹 Nos acercamos con respeto, con el corazón en la mano.
🔹 Escuchamos historias difíciles, de esas que encogen el alma.
🔹 Oramos con quienes lo pedían, en voz baja, con lágrimas compartidas.
🔹 Abrazamos fuerte. No a todos, claro. Solo a quienes se dejaban. Pero cada abrazo fue un puente.
Después, con la emoción aún a flor de piel, salimos rumbo al Parque Centenario. Ahí cambió el escenario, pero no el propósito. Caminamos entre la gente con la misma consigna: sembrar esperanza.
Bastaba una sonrisa, una charla sincera, un gesto amable para romper el hielo. Regalamos palabras de amor, citas bíblicas, abrazos. Hubo quienes se acercaron con dudas, otros con historias, otros simplemente por curiosidad. Todos se llevaron algo. Y nosotros también.
“Gracias por aparecer justo hoy”, me dijo un hombre mayor con los ojos llenos de nostalgia. Había perdido a su esposa hacía poco. No sabía bien por qué se había sentado en el banco del parque esa tarde, pero ahí estaba. Y nosotros también.
No sé si cambiamos vidas, pero sí estoy seguro de que dejamos huellas. A veces, en este mundo tan acelerado, olvidamos que la espiritualidad y la fé también curan. Que un gesto de amor puede ser medicina. Que la fe no es una fórmula, sino una llama que se enciende entre dos corazones.
Desde Palermoweb, te invito a que, la próxima vez que pases por un hospital o por un parque, mires distinto. Quizás haya alguien esperando tu abrazo. ❤️