Clausuran taller textil clandestino en Floresta y detienen a su propietario

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Un operativo conjunto entre la Policía de la Ciudad y la Agencia Gubernamental de Control (AGC) llevó al cierre de un taller textil ilegal en el barrio de Floresta, donde fueron rescatados trabajadores en condiciones precarias y su propietario fue detenido.

Tras recibir un llamado anónimo alertando sobre la existencia de un taller textil clandestino en la calle Emilio Lamarca al 700, la Policía de la Ciudad y la AGC actuaron de inmediato. El resultado: la clausura del lugar y la detención del dueño, como resultado de una investigación judicial.

“Este operativo demuestra nuestro compromiso en la lucha contra la explotación laboral y el trabajo ilegal. No toleraremos este tipo de abusos”, señaló un representante de la Policía de la Ciudad.

  • El taller, que operaba en tres plantas con un entrepiso y una terraza, empleaba a numerosos trabajadores de manera temporal y sin cumplir con las regulaciones laborales.
  • Durante el allanamiento, se encontraron 29 trabajadores, seis de ellos de nacionalidad extranjera, además de una gran cantidad de prendas listas para la venta.
  • La AGC dispuso la clausura inmediata del taller para evitar que continuara su actividad ilegal y se pusiera en riesgo la integridad de los trabajadores.
  • Los empleados rescatados fueron entrevistados por la oficina de Rescate de Personas y se les permitió regresar a sus hogares, confirmando que no residían en el lugar de trabajo.
  • El propietario del taller, un hombre de 34 años, fue detenido por violar el artículo 145 bis del Código Penal, relacionado con la explotación laboral.

La clausura de este taller clandestino es un paso crucial en la lucha contra la explotación laboral y el trabajo ilegal en nuestra ciudad. Es un recordatorio de la importancia de proteger los derechos de los trabajadores y garantizar que todos los negocios operen de manera legal y ética.

Los talleres clandestinos en Argentina son un problema persistente que afecta principalmente a trabajadores en situaciones precarias, especialmente inmigrantes y personas en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica. Estos talleres suelen operar en sectores como la confección textil, la industria alimentaria y la construcción, entre otros.

En estos lugares, suelen trabajar en condiciones inseguras, sin medidas de seguridad adecuadas, y son explotados con salarios bajos y horas laborales excesivas. Muchas veces, estos talleres no cumplen con las regulaciones laborales básicas, como el pago de salarios mínimos, las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo, y la garantía de derechos laborales fundamentales.

El gobierno argentino, tanto a nivel nacional como en las jurisdicciones provinciales, ha tomado medidas para combatir este problema, incluyendo inspecciones laborales, sanciones a los empleadores infractores y programas de asistencia a los trabajadores afectados. Sin embargo, la clandestinidad y la informalidad de estos talleres hacen que sea un desafío difícil de erradicar por completo.

Organizaciones de derechos laborales y sociales, tanto nacionales como internacionales, también han estado involucradas en la lucha contra los talleres clandestinos, abogando por políticas públicas más efectivas, la protección de los derechos de los trabajadores y la concienciación pública sobre este problema.

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