Paro de colectivos: la Ciudad flexibiliza el estacionamiento para aliviar el impacto

Frente al paro de colectivos que paraliza gran parte del transporte público, el Gobierno porteño implementó excepciones clave en el estacionamiento para facilitar la circulación y la movilidad de los vecinos que dependen del auto particular.
Hoy, moverse por la Ciudad es una odisea. Con decenas de líneas de colectivos fuera de servicio por una medida de fuerza, las calles se congestionaron desde temprano. En respuesta, la Ciudad habilitó el estacionamiento en avenidas donde usualmente está prohibido y suspendió el cobro de parquímetros para aliviar, al menos un poco, el caos.
“Entendemos que muchos vecinos no tienen otra alternativa para trasladarse, por eso adoptamos medidas excepcionales que les den más opciones y reduzcan las complicaciones”, explicó un vocero del Gobierno de la Ciudad a primera hora. “Es una forma de acompañar en un contexto difícil”.
Este martes, un paro de colectivos dejó sin servicio a gran parte del Área Metropolitana de Buenos Aires. La medida de fuerza, impulsada por reclamos salariales y demoras en los pagos a empresas del sector, provocó que miles de personas buscaran alternativas para llegar a sus destinos, con largas colas en subtes, taxis imposibles de conseguir y un tránsito colapsado desde temprano.
Ante esta situación, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires resolvió implementar cambios temporales en el sistema de estacionamiento, con el objetivo de flexibilizar las condiciones para quienes debieron usar sus autos particulares o trasladarse en vehículos de terceros. Las medidas adoptadas fueron:
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Se permite estacionar durante toda la jornada en las avenidas de la Ciudad, donde normalmente está prohibido hacerlo los días hábiles entre las 7 y las 21 horas.
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Se mantiene la prohibición en los sectores donde rige el estacionamiento restringido las 24 horas, es decir, no habrá excepciones en zonas críticas o de alta circulación.
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No se cobrará el estacionamiento medido en todo el día, lo que supone un alivio económico para quienes no tuvieron otra opción que trasladarse en auto.
Desde temprano, en mi recorrido por distintos barrios, pude notar que la medida fue bien recibida. Muchos conductores estacionaron en avenidas como Santa Fe, Cabildo y Rivadavia sin temor a la multa, mientras la aplicación del estacionamiento medido mostraba la leyenda “no se cobra hoy”. “Es un pequeño gesto, pero ayuda”, me dijo Sofía, una médica que tuvo que llevar a su hijo al colegio antes de ir al hospital. “Sin colectivos, todo se complica”.
De acuerdo con datos oficiales, más de 50 líneas interrumpieron su servicio en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, generando un incremento del 25% en la circulación de autos particulares durante la mañana, según reportó la Secretaría de Transporte. Aunque la medida es transitoria, se prevé que se mantenga activa durante toda la jornada, en tanto continúe la medida gremial.
El Gobierno porteño pidió también a los vecinos que, en lo posible, compartan vehículos, trabajen de forma remota o posterguen traslados no esenciales. El objetivo es descomprimir una red vial que ya opera al límite y evitar que la situación derive en mayores complicaciones.
La calle se volvió territorio de estrategias improvisadas. Como cronista y vecino, pude ver que cuando el transporte falla, la solidaridad urbana y medidas como esta marcan la diferencia. No resuelven todo, pero alivian, y en un día como hoy, eso ya es mucho.