Humedales de Buenos Aires: Refugio ante las olas de calor
En medio de las primeras olas de calor del año, los humedales de Buenos Aires emergen como oasis vitales, ofreciendo frescura y protección contra el calor abrasador en la ciudad y en más de ocho provincias argentinas.
Ante el asedio de las altas temperaturas en la ciudad y en diversas regiones del país, los humedales de Buenos Aires se alzan como verdaderos bastiones naturales, brindando un alivio crucial a los habitantes y resaltando su importancia ecológica en momentos de crisis climática.
«Los humedales de la ciudad son un recurso invaluable en estos tiempos de calor extremo», enfatizó el biólogo ambientalista Juan Pérez. «Su capacidad para reducir la temperatura ambiente y servir como reservorios de agua durante las tormentas los convierte en elementos vitales para la adaptación al cambio climático».
- Ubicados dentro de las Reservas Ecológicas de la Ciudad, los humedales ocupan más de 73 hectáreas en áreas estratégicas como Ciudad Universitaria Costanera Norte, Costanera Sur y Lago Lugano.
- Estos ecosistemas, caracterizados por la presencia constante de agua, actúan como verdaderos refugios climáticos durante las olas de calor. Dentro de los humedales, la temperatura puede descender hasta cuatro o cinco grados en comparación con las zonas circundantes.
- Además de su función reguladora de la temperatura, los humedales desempeñan un papel crucial en la absorción y retención de agua durante las lluvias intensas, reduciendo así el riesgo de inundaciones y mejorando la calidad del aire en la ciudad.
- La Laguna de los Coipos, con sus 23 hectáreas, destaca como uno de los humedales más grandes dentro de la Reserva Ecológica Costanera Sur, reconocida internacionalmente como un sitio Ramsar por su valor como humedal de importancia mundial.
En un momento en que las altas temperaturas y el cambio climático plantean desafíos urgentes, los humedales de Buenos Aires emergen como verdaderos aliados para la adaptación y la resiliencia. Es esencial reconocer y proteger estos ecosistemas como parte integral de nuestra respuesta a las amenazas climáticas y como salvaguardas vitales para la calidad de vida en la ciudad.