El Vaticano Celebra la Emoción del Fútbol Tras una Final de Infarto
El Vaticano se une al mundo en la celebración de la pasión y emoción desencadenada por el fútbol, tras la victoria del seleccionado argentino sobre Francia en una final dramática durante el Mundial de Qatar 2022. Monseñor Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura y responsable de Deportes del Vaticano, destacó la intensidad del encuentro y el poder del fútbol para despertar emociones profundas en la humanidad.
“El fútbol ha demostrado una vez más la capacidad que tiene de despertar las pasiones más profundas y los entusiasmos más grandes de la humanidad”, expresó monseñor Sánchez de Toca. “Toda la humanidad estuvo pendiente de las pantallas para presenciar una final de infarto, no apta para cardíacos”, añadió.
Al reflexionar sobre el impacto del fútbol en la sociedad, el sacerdote español planteó la pregunta: “¿Qué tiene el fútbol que es capaz de despertar estas pasiones?”. Destacó que el deporte tiene raíces profundas en el corazón humano, recordando las palabras del Papa y el poder transformador que tiene para hacer feliz a un niño con algo tan simple como una pelota.
En este contexto, monseñor Sánchez de Toca mencionó una anécdota de una teóloga alemana que, al ser consultada sobre cómo explicaría la felicidad a un niño, respondió: “no le explicaría nada, le daría una pelota para que jugara”. Para él, esto ejemplifica cómo el fútbol nos devuelve a la inocencia de la infancia y nos llena de alegría.
La visión desde el Vaticano resalta el papel del fútbol como unificador de la humanidad, capaz de generar emociones compartidas y momentos de alegría en todas partes del mundo. Esta celebración de la emoción y la pasión que despierta el fútbol refleja el poder del deporte para trascender barreras y unir a las personas en un espíritu de camaradería y solidaridad.
Con estas palabras, el Vaticano reconoce la importancia del fútbol como un fenómeno cultural y social que trasciende fronteras y conecta a las personas de todas las edades y procedencias. En momentos de incertidumbre y división, el deporte sigue siendo un puente que une a la humanidad en una celebración compartida de la vida y la pasión por el juego.
